Las imágenes son la nueva forma de comercio electrónico, señala académico de la Unidad Iztapalapa
MÉXICO, 23 de marzo 2023, UAM
La ficción de las redes sociales es profundamente utilitaria; emojis, stickers y memes no hacen comprender mejor el mundo, sino estabilizarlo, reducirlo y mecanizarlo en un entorno en el que las imágenes son la nueva forma de comercio electrónico, señala en un artículo el doctor Edgar Juárez Salazar, egresado del Posgrado en Psicología Social de la Universidad Autónoma Metropolitana.
El académico de la Licenciatura en Psicología Social de la Unidad Iztapalapa reflexiona sobre “la explotación de las pasiones mundanas de los individuos dentro del universo digital y la demanda sobre el vivir hiperconectado”.
La imperativa necesidad de los humanos de comunicarse es de larga historia; sin embargo, “padecemos, incluso en nuestros días, la complejidad de hacer entender nuestras ideas a un semejante”.
Por ejemplo, hoy “omitimos que en esos orbes electrónicos hablando no se entiende la gente”, aunque suele adecuarse a las regularidades lingüísticas para intentar entender el espacio circundante, el de las figuras y la exposición virtual, que es “tan exquisito como efímero y, sobre todo, ingenuo”.
En el texto Pasiones mundanas en las redes sociales. Entre la imagen, el odio y lo efímero el investigador considera que circular de la mano de las imágenes en la cultura digital es tan común que, frecuentemente, “ni siquiera cavilamos en nuestro desconocimiento de todo aquello que acontece en forma tan cercana, reiterada y estéril”.
El doctor Juárez Salazar sostiene que la velocidad de dichos iconos no sólo desinforma e incomunica, sino incrementa las dimensiones de la adaptación a la normalidad del mundo mainstream y, lo peor de todo, es que tales iconografías fascinan con su ligereza.
Añade que hoy un punk, un darketo o cualquier sujeto normal y cotidiano es igualmente explotado en imagen y, parafraseando a Susan Sontag, en el cosmos de las representaciones, la pluralidad de iconos “impide observar con algo de claridad las vicisitudes de nuestro devenir en cuanto individuos”.
Las imágenes en las redes sociales “son la nueva forma de comercio electrónico” y en ellas reside no sólo información de toda índole, sino también formas de circulación trending de un sinfín de mercancías “en las que el sí mismo es encarcelado por sus ideales, sus miedos y sus excesos”.
El investigador de la Unidad Xochimilco sostiene que dicho mercado estableció, muy rápidamente, “un circuito parcial de dependencia a las imágenes de talante burgués y aspiracional”, así como a “una erotización de la pobreza en estricto sentido”.
En las redes “no sólo parece olvidarse el denso antagonismo de clases; por el contrario, la imagen opta por producir cierto encanto con esa desigualdad”, enfatiza.
Por su parte los creadores de contenido, desde los influencers hasta las personas mundanas que comparten lo que comieron el día de hoy, son quienes, casi sin cuestionarlo, mantienen las dinámicas de una locomoción secuencial y explotada del icono.
Adicionalmente las redes sociales confrontan la existencia humana con sus dimensiones más falsas y grandilocuentes y, desde luego, también exhiben las más miserables actuaciones de los sujetos. “Este mundo hizo una gran pantomima nuestra existencia”, expresa.
Al referir a las pasiones humanas, título de su texto, el doctor Juárez Salazar revela que éstas han cautivado y han mostrado continuamente que, en la historia de las civilizaciones, las cosas siempre ocurren, como lo planteó Marx, primero como tragedia y luego como farsa, y la era de la cultura digital expone que, en última instancia, ya no sólo se trata de farsa, sino también de impotencia y de una efusión por el espectáculo efímero.
Concluye aseverando que en la era del consumo incisivo e interminable de las infografías, del proclamado “menos es más”, pareciese que se impide a los humanos confrontarse con la frustración de lo complejo e incomprensible.
Las imágenes, en efecto, representan el cierre de lo indeterminado de la vida para dar paso a lo simple y mundano, como la cuasi unívoca explicación del orbe medible y regular de la existencia.
Fuente: UAM
Ciencia y Tecnología | Estudio social | México | Sociedad digital | UAM
(UAM) Emojis, stickers y memes no hacen comprender mejor el mundo
Las imágenes son la nueva forma de comercio electrónico, señala académico de la Unidad Iztapalapa
MÉXICO, 23 de marzo 2023, UAM
La ficción de las redes sociales es profundamente utilitaria; emojis, stickers y memes no hacen comprender mejor el mundo, sino estabilizarlo, reducirlo y mecanizarlo en un entorno en el que las imágenes son la nueva forma de comercio electrónico, señala en un artículo el doctor Edgar Juárez Salazar, egresado del Posgrado en Psicología Social de la Universidad Autónoma Metropolitana.
El académico de la Licenciatura en Psicología Social de la Unidad Iztapalapa reflexiona sobre “la explotación de las pasiones mundanas de los individuos dentro del universo digital y la demanda sobre el vivir hiperconectado”.
La imperativa necesidad de los humanos de comunicarse es de larga historia; sin embargo, “padecemos, incluso en nuestros días, la complejidad de hacer entender nuestras ideas a un semejante”.
Por ejemplo, hoy “omitimos que en esos orbes electrónicos hablando no se entiende la gente”, aunque suele adecuarse a las regularidades lingüísticas para intentar entender el espacio circundante, el de las figuras y la exposición virtual, que es “tan exquisito como efímero y, sobre todo, ingenuo”.
En el texto Pasiones mundanas en las redes sociales. Entre la imagen, el odio y lo efímero el investigador considera que circular de la mano de las imágenes en la cultura digital es tan común que, frecuentemente, “ni siquiera cavilamos en nuestro desconocimiento de todo aquello que acontece en forma tan cercana, reiterada y estéril”.
El doctor Juárez Salazar sostiene que la velocidad de dichos iconos no sólo desinforma e incomunica, sino incrementa las dimensiones de la adaptación a la normalidad del mundo mainstream y, lo peor de todo, es que tales iconografías fascinan con su ligereza.
Añade que hoy un punk, un darketo o cualquier sujeto normal y cotidiano es igualmente explotado en imagen y, parafraseando a Susan Sontag, en el cosmos de las representaciones, la pluralidad de iconos “impide observar con algo de claridad las vicisitudes de nuestro devenir en cuanto individuos”.
Las imágenes en las redes sociales “son la nueva forma de comercio electrónico” y en ellas reside no sólo información de toda índole, sino también formas de circulación trending de un sinfín de mercancías “en las que el sí mismo es encarcelado por sus ideales, sus miedos y sus excesos”.
El investigador de la Unidad Xochimilco sostiene que dicho mercado estableció, muy rápidamente, “un circuito parcial de dependencia a las imágenes de talante burgués y aspiracional”, así como a “una erotización de la pobreza en estricto sentido”.
En las redes “no sólo parece olvidarse el denso antagonismo de clases; por el contrario, la imagen opta por producir cierto encanto con esa desigualdad”, enfatiza.
Por su parte los creadores de contenido, desde los influencers hasta las personas mundanas que comparten lo que comieron el día de hoy, son quienes, casi sin cuestionarlo, mantienen las dinámicas de una locomoción secuencial y explotada del icono.
Adicionalmente las redes sociales confrontan la existencia humana con sus dimensiones más falsas y grandilocuentes y, desde luego, también exhiben las más miserables actuaciones de los sujetos. “Este mundo hizo una gran pantomima nuestra existencia”, expresa.
Al referir a las pasiones humanas, título de su texto, el doctor Juárez Salazar revela que éstas han cautivado y han mostrado continuamente que, en la historia de las civilizaciones, las cosas siempre ocurren, como lo planteó Marx, primero como tragedia y luego como farsa, y la era de la cultura digital expone que, en última instancia, ya no sólo se trata de farsa, sino también de impotencia y de una efusión por el espectáculo efímero.
Concluye aseverando que en la era del consumo incisivo e interminable de las infografías, del proclamado “menos es más”, pareciese que se impide a los humanos confrontarse con la frustración de lo complejo e incomprensible.
Las imágenes, en efecto, representan el cierre de lo indeterminado de la vida para dar paso a lo simple y mundano, como la cuasi unívoca explicación del orbe medible y regular de la existencia.
Fuente: UAM
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